Las plantas, al contrario que los animales, son incapaces de ir de un sitio a otro en busca de alimento. Pero eso no les impide moverse e intentar de conseguir las condiciones de luz más favorables para ellas.
Las plantas son capaces de percibir otras plantas en su proximidad y cuando esto sucede ponen en marcha un programa genético conocido como el síndrome de huida de la sombra. Un síndrome que, entre otras características, consiste en la supresión del crecimiento de las ramas laterales, lo que a su vez favorece el crecimiento del tallo principal. De ahí que las plantas que crecen muy juntas sean más altas que las que lo hacen disponiendo de más espacio.
En su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, Pilar Cubas ha descubierto que el gen BRANCHED1 se activa en las yemas axilares cuando hay plantas cercanas. Según acaba de publicar en la revista Plant Cell, al ponerse en funcionamiento este factor de transcripción TCP se encarga de reprimir la transcripción de un gran número de genes implicados tanto en el ciclo celular como en la síntesis de proteínas. Además, también promueve la acción de una hormona asociada a la dormición, el ácido abscísico. Como resultado, las yemas laterales entran en reposo y no crecen nuevas ramas. De este modo, la planta mejora su captación de luz y evita ser cubierta por las plantas que la rodean.
Conocer el funcionamiento de BRANCHED1 puede permitir en el futuro suprimir el crecimiento de ramas no deseadas en especies de interés agronómico en las que la poda supone un elevado coste de manejo y, explica Cubas, "mejorar la arquitectura de otras especies para favorecer su cosechado".
- González-Grandío E, Poza-Carrión C, Sorzano CO, Cubas P. BRANCHED1 promotes axillary bud dormancy in response to shade in Arabidopsis. Plant Cell. 2013 Mar;25(3):834-50.