Lunes, 25 Junio 2012 08:29

El citoesqueleto regula la expresión génica

La actina es una proteína forma el citoesqueleto de las células, participando en multitud de procesos como la elongación celular, el tráfico de proteínas a membrana o el movimiento de los orgánulos. Esta abundante proteína es prácticamente idéntica en todos los seres eucariotas, desde plantas a humanos, y suele tener funciones similares en todos los seres vivos donde se encuentra. El grupo de Antonio Leyva acaba de publicar en la revista Developmental Cell, que esta proteína es suficiente para alterar la expresión de los genes.

Citoesqueleto de actina en los hipocotilos de Arabidopsis Estudiando la respuesta de las plantas a dos hormonas vegetales que regulan el crecimiento han visto que cambios en la estructura de los filamentos de actina tienen un efecto directo en la expresión de genes controlados por estas hormonas. Estos cambios son parte de procesos tan importantes como la respuesta de las plantas en la búsqueda de la luz, la capacidad de las raíces para responder a la gravedad y por tanto colonizar el suelo o la formación de raíces laterales.

A pesar de que la actina se conoce desde hace más de 100 años, explica Leyva,  "es una proteína prácticamente olvidada por la comunidad científica y nunca se le había atribuido un papel en la regulación transcripcional en plantas". De hecho, su trabajo es el primero que aporta evidencias genéticas de que los cambios en la configuración del citoesqueleto de actina tienen un efecto directo en la regulación de la expresión de genes mediados por hormonas regulando respuestas morfológicas vitales para las plantas.

La clave de este trabajo es un mutante del gen de la actina que mimetiza los mismos cambios en la expresión de genes que cuando se añaden las hormonas. Por ello, los investigadores concluyen que la actina no es un mero andamio en el interior celular sino que las hormonas parecen actuar mediante un efecto directo en la configuración del citoesqueleto.