Jueves, 20 Octubre 2016 10:18

Daniel López coordina el nuevo proyecto europeo Rafts4Biotech

Proteína fluorescente amarilla confinada en las balsas lipídicas de la bacteria Bacillus subtilis. En azul se muestran las bacterias completas Proteína fluorescente amarilla confinada en las balsas lipídicas de la bacteria Bacillus subtilis. En azul se muestran las bacterias completas Daniel López, CNB-CSIC

La Comisión Europea ha concedido recientemente ocho millones de euros para el desarrollo de un proyecto denominado Rafts4Biotech, coordinado por Daniel López desde el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC). En él participan 12 instituciones de todo el continente que pretenden aprovechar la existencia de balsas lipídicas en bacterias sintéticas para optimizar procesos de interés en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaria.


El investigador Daniel López, del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CISC), coordina un consorcio europeo de 12 instituciones que trabajarán conjuntamente en el proyecto Rafts4Biotech. Concedido recientemente por la Unión Europea dentro del programa marco Horizon2020, este proyecto pretende utilizar los rafts o balsas lipídicas de bacterias para la optimización de procesos industriales.

El consorcio ha recibido de la Unión Europea 8 M€ para trabajar en Rafts4Biotech, de los cuales 1,8 M€ están destinados al laboratorio de Daniel López como coordinador del proyecto. “Queremos explotar las posibilidades de las balsas lipídicas de bacterias sintéticas para producir compuestos de alto valor en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaria”, explica López.

Los rafts o balsas lipídicas son sectores de la membrana celular que presentan una fluidez mucho menor al resto. En ellos se acumulan diferentes componentes, lo que incrementa la probabilidad de que distintas proteínas se encuentren e interaccionen entre sí. Hasta hace poco tiempo, se creía que estas “balsas” eran exclusivas de células eucariotas. El grupo de Daniel López ha observado que las bacterias presentan estructuras muy similares.

“Podemos aprovecharnos de esta cualidad para evitar algunas de las dificultades que surgen al desarrollar aplicaciones biotecnológicas con bacterias”, indica López. Según el investigador muchas veces la probabilidad de que las proteínas necesarias para desencadenar el proceso interactúen es demasiado baja, o la generación de intermediarios tóxicos compromete el resultado. “Con Raft4biotech pretendemos confinar las reacciones de interés a las balsas lipídicas para así optimizar la producción industrial”, asegura.

El consorcio está formado por expertos en biología sintética, biología de sistemas y modelización matemática. Todos ellos centrarán sus estudios en dos especies altamente utilizadas en procesos biotecnológicos: Bacillus subtilis y Escherichia coli. Además, pequeñas empresas también trabajarán en el proyecto para traducir la tecnología desarrollada a aplicaciones con valor comercial.

 

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